Campesinos destacan el valor de los páramos y bosques de montaña de la sierra piurana

By on mayo 22, 2018

La única actividad que aprendí de mis padres y abuelos fue a sembrar la tierra. Trabajando la tierra de mis ancestros, junto a mi esposo, somos el sostén de nuestra familia, hemos aprendido a sacarle el mejor provecho y hoy con la asociación de productores de panela granulada podemos exportar a Europa y obtener mejores ingresos  cuenta Isela Torres de la Comunidad Campesina Segunda y Cajas.

Son los frutos de la madre tierra los que permiten la subsistencia de las familias en los andes de Piura. Cultivos y pastos que prosperan gracias al agua de lluvia y del riego.

Las comunidades andinas, y especialmente Segunda y Cajas, tienen presente la importancia de los bosques en la regulación del clima y del agua, porque albergan cantidad de flora y fauna, capturan carbono y liberan oxígeno, protegen el suelo de la lluvia y contribuyen con su formación. Entienden que cuando talan el bosque desaparece el agua y las especies naturales.

Isela valora las oportunidades de trabajo que le han ofrecidos los bosques y páramos para el sustento de su familia y el de su comunidad. Foto: Naturaleza y Cultura.

De la misma manera, los pobladores de los predios de Cachiaco y San Pablo en Pacaipampa, afirman que los páramos son fuente de vida, “aquí nacen las aguas que usamos en la parte baja, las montañas nos protegen y brindan lo que necesitamos para vivir, como el agua que proviene de las lagunas altoandinas” menciona Berardo Neira del caserío Totora, Pacaipampa.

Si de algo son conscientes es que deben doblegar sus esfuerzos para detener la pérdida de los bosques, la tala ilegal, las quemas y sobrepastoreo. Cada vez que se deforesta las lluvias se ausentan, los manantiales se secan y los animales desaparecen.

Los bosques de montaña ubicados a más de 3 mil metros sobre el nivel del mar tienen una biodiversidad que hasta el momento ha sido poco estudiada. Foto: ANDRE BAERTSCHI

La riqueza de los páramos y bosques

Los bosques montanos y páramos de la sierra piurana son espacios naturales que se complementan y tienen la capacidad de capturar, filtrar y retener el agua que dominan estos fríos ambientes. De esta manera logran actuar como una gran esponja que absorbe agua para luego soltarla lentamente hacia la parte media y baja de la cuenca, beneficiando no solo a la población local, sino también al sector agropecuario y agroindustrial.

Estudios en la zona han logrado comprobar que cada hectárea de bosque montano y páramo en Pacaipampa  aporta entre 6 mil a 4 mil litros de agua por segundo, cantidad con la que se podría llenar hasta 9 mil botellas de 650 ml.

Estas montañas ubicadas entre 3 mil y 3 mil 600 m.s.n.m. siguen sorprendiendo a la región, aunque los páramos de Piura tiene una biodiversidad que aún es desconocida para muchos,  se conoce que alberga especies como el oso de anteojos, tapir de montaña, aves, reptiles, entre otras variedades.

La belleza que posee es tan inmensa como su riqueza natural. Los bosques montanos y los páramos de Ayabaca y Huancabamba, están a solo 8 horas de la ciudad y cuentan con una protección de más de 40 mil hectáreas.

Bosques de neblina. Foto: ANDRE BAERTSCHI

Agua para la vida

Pese a que los especialistas han afirmado que la reforestación en la zona altoandina de Piura ayudaría a controlar inundaciones y erosiones en la parte baja por la capacidad de almacenamiento que tiene la vegetación de los bosques, el presupuesto es totalmente limitado y no ha sido incluido en los planes de reconstrucción de Piura.

Ante ello Paul viñas, Coordinador de Naturaleza y Cultura Internacional, indicó que en noviembre del 2016, tras los incendios forestales en los Bosques y Páramos del noroeste del país, éstos quedaron reducidos a cenizas, solo en el Área de Conservación Ambiental “Páramos y Bosques Nublados de Cachiaco y San Pablo” ubicada en Pacaipampa, se perdió 400 hectáreas y el 50% de su biodiversidad, a la fecha solo se ha logrado recuperar de 40 a 60% de cobertura vegetal.

Sin vegetación que regule el agua que proviene de la zona andina de Ayabaca, se perjudicarían alrededor de 102 mil 724 hectáreas de riego en los valles San Lorenzo y Chira que hoy beneficia a 22  mil 256 productores, 111 asociaciones y 22 empresas. Además de  producciones que llegan a más de 80 mercados en todo el mundo, solo en el 2016 representaron ingresos de 280 millones de dólares.

¡Los páramos no se tocan!

Este ecosistema es muy vulnerable, amenazado constantemente por cultivos agrícolas que generan pérdida de fertilidad y capacidad de almacenamiento de agua, actividad ganadera, quemas de pastizales y la minería que según refirió Hilario Peña Huamán, líder del Área de Conservación Privada “Bosques Montanos y Páramos de Chicuate Chinguelas” de la Comunidad Segunda y Cajas – Huancabamba, ésta última provocaría contaminación de acuíferos subterráneos y superficiales.

El campesino Hilario Peña asegura que ninguna actividad minera será compatible con la protección de los páramos y bosques de neblina. Foto: Naturaleza y Cultura.

Peña Huamán acompañó el último lunes 7 de mayo la marcha en contra de la minería y pidió a la población piurana tomar conciencia en el uso del recurso hídrico “sin el agua no podrían vivir, además el agua que viene de los colchones acuíferos beneficia a toda la región” concluyó.

Escriben: Gabriela Gives y Paul Viñas – Naturaleza y Cultura Internacional